martes, abril 14, 2009


"Al día siguiente encontré a Henry [Miller] todavía roto, con la voz apagada, herido, feliz, agitado. Había tomado notas de su despertar, deseando desesperadamente cavar un surco en cualquier parte y hundirse en él conmigo (...) Dolido, aun sabiendo que se había salvado por su fortaleza al venir, salvándonos los dos (...) En París había sufrido agonías. No había comido ni dormido bien desde la confusión de las cartas, [habla Anaïs de que envió las cartas cruzadas a dos de sus amantes por equivocación] se gastó todo el dinero que tenía para comer en telegramas (...)".
"Pérdida de prudencia, de heroísmo, de sigilo. Amor humano. Soy más real para él a medida que soy menos y menos buena, más mujer, más anormal, más pecadora, más mujer y más amor, más deseo, más dolor y mayor gozo."
"Mentir, eludir la tragedia. No puedo ser yo misma sin causar una tragedia. Pero la tragedia es vivir. (...) A las seis de aquella mañana, después de pasar la noche con Henry, cuando Huck supo que yo estaba con Henry, escribía una nota en la cual, entre otras cosas, decir que solo seguir sólo los propios instintos es humano, que la fidelidad en el amor no es natural, que la moral es un artificio del hombre, que la autonegación, necesaria para ser bueno, es la negación del instinto de conservación y lo más egoísta de todo".

Y esto es tan solo el principio. He parado un poco la lectura de la biografía escrita por Noel Stock sobre Ezra Pound, la lectura de sus idas y venidas a Europa y América intentando ganarse el sustento, la lectura de su libro Personae y del surgimiento del grupo de los Imaginistes y sus principios de conocimiento, la lectura sobre su relación con Yeats, la lectura sobre sus deseos de quedarse en Europa, entre Italia y España que también le apasiona, la lectura de sus primeros poemas en los que muestra ya su oposición a las grandes multinacionales que hacen la vida más miserable... Esta tarde me he desviado de mi ruta habitual de camino a casa. Me he encaminado a la biblioteca y he ahí, ante la falta de un poeta que andaba buscando, me ha encontrado el libro de Anaïs Nin, Fuego... y acabo de descubrir que hay un blog dedicado a este libro.

1 comentario:

Los Niños de Colores.Los ke Arrancan el Corazón. dijo...

¡VIVAN LAS BIBLIOTECAS DESORDENADAS!
Debería ser una condición por ordenanza municipal, real decreto, principio universal.