miércoles, abril 08, 2009

Lady Lyndon
Ayer fue un día de encuentros. Al salir de mi casa creo ver a la Innombrable. Menos mal: era solo ilusión. Pero llegué al trabajo como si me hubieran vertido fuego por dentro de las piernas, como si hubiera recorrido cinco kilómetros a tope sin respirar. Por más que me acuerde de su Ovidio y su Arte de amar... pero es que por la tarde, al llegar a la Filmo no sabía dónde meterme. Quería tomarme un café. Había llegado con una camisa, nada más, hacía fresco, quería calentarme pero la barra estaba petada. Inexpugnable. Además, corría el riesgo de quedarme dormido (exagero) y roncar como aquel colega que se sobó, esto ocurrió hace unos años, mientras veíamos El nacimiento de una nación (no es para menos) y no contento con eso comenzó a roncar. ¡Roncar en la Filmo!, venerada por los cinéfanticos, en la que le rozas por detrás la silla a uno y es capaz de asesinarte y extender tus vísceras por el pasillo central. Todo se aclaró cuando vi que ella realmente existe, que estaba allí, vamos, que la vi en persona.
Salí a fumarme un paquete de Ducados y unos viejos hablaban de ella con ese rollito de haber quien cuenta lo muy muy de lo más más. Aunque ni por asomo. Estoy un poco, bastante hasta las narices de todo eso. De todas maneras son comentarios socorridos, superficiales y "graciosetes". Son una mierda. No aporta nada porque es una conversación de "hoy lloverá, mañana también y que dios nos coja confesados el día del Juicio". Soy muy oscuro, pero vuelvo a repetir que la casualidad existe, y ella también.
Barry Lyndon un peliculón. Desde que mi hermano la tiene como una de sus preferidas quería verla, quería verla en pantalla de cine, quería verla en la Filmo. Y ahí estuve. Con luz natural, con luz de luna, con luz de velas, con la luz de los ojos inextinguibles de Lady Lyndon. Pero luego, al terminar la película, salía con una extrañeza enorme, como si me hubiera metido en la vida de un pobre hombre, un antihéroe que desea vivir pero que equivoca la manera, que amó tanto a una mujer, que lo traiciona o simplemente lo ningunea, como a su hijo natural con verdadera y absoluta pasión, que lo pierde todo y que no triunfa en nada, desgajado de todos y de todo, que se equivoca siempre y para siempre... en fin, que Kubrick es muy grande y que me hace sentir como si todo eso, todo lo que cuenta en sus películas, hubiera sido envasado al vacío para mostrarse en otro universo.

No hay comentarios: