sábado, octubre 22, 2011

El paquete

Llaman a la puerta. Un par de timbrazos. Estoy solo en casa. Me levanto de la cama donde ando leyendo a Luis Goytisolo, Recuento. Es la tercera vez que lo hago y no le entiendo casi todo.
Salgo de la habitación. Abro la puerta. Ahí está el cartero... con la base del casco de la moto ajustado a la frente. Parece que tiene dos cabezas el jodío. Me quedo mirándole. 
"¿Víctor Luis López?
"No, ese es mi padre."
"¿Recoges tú el paquete?"
"No, bueno, no sé."
El cartero saca un paquete de una enorme bolsa amarilla. 
"¿Es este?" -le pregunto al cartero que no me responde. Es evidente que sí.
Miro el remitente donde aparece el nombre de mi padre. Le doy la vuelta y aparece una dirección de San Sebastián. Me extraña. Mis tíos viven en Vitoria pero no en San Sebastián. Leo un nombre que no reconozco.
"No, no, no lo cojo" -le digo al cartero- "ya irá mi padre a por él".
Al volver a girar el paquete, se me cae de las manos. Al impactar contra el suelo emite un ruido metálico.
Lo coge el cartero emitiendo un "¡vaya!" un tanto molesto.
Me extiende un recibo. "Es ahí donde lo podéis recoger". Señala la dirección con el dedo.
"Ah, vale, vale... Gracias" -le digo cuando se marcha.

Al cabo de unos días le pregunto por el paquete a mi padre. Mi padre me dice que no lo ha recogido.
"¿Pero lo vas a recoger?" -vuelvo a preguntar.
Mi padre sonríe. Esa es toda su respuesta. Hasta ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno, dicen que no hay que fiarse y seguir dejando el paquete en correos,

recuento, juan?

no es posible el equívoco, o la noche te confunde.

jose luis

alf ölson dijo...

Luis Goytisolo. Error subsanado. Menos mal que estamos, Jose Luis.
Gracias.