viernes, febrero 08, 2013

Elmyr de Hory, ¿el mayor falsificador de la historia del Arte?

Uno de los personajes que más me atrajeron hace unos años, cuando trabajé para Ansorena, fue la de Elmyr de Hory. Vi un par de pequeños cuadros en el catálogo de esta sala de subastas y me llamó la atención pues hacía otros tantos años había visto la película de Orson Welles, Fake, es decir, "Fraude", algo así como un documental-película sobre un personaje que no acababa de creérmelo pues no sabía si el fraude era la película en sí (es decir, no como "fraude" sino como una representación de la capacidad socarrona del propio Welles a la hora de plantear un historia de tal manera, un deslizamiento de la realidad tal que me hacía pensar en que fuera el propio Welles el personaje del estafador).
Orson Welles
Me encantó (podría decir que me arrebató o cautivó) la escena en la que Hory quema en la chimenea de su casa de Ibiza un Modigliani ante la sorpresa de sus invitados. Recordándole de aquella manera no dejaba de pensar, y de sonreír, ahora que lo veía anunciado en el catálogo, en las vueltas que da la vida: un hombre que se dedica a la falsificación (¡pero qué falsificaciones!), que vive en un paraíso, en una isla, huido de la justicia inglesa, y al que se le trataba, en dicho catálogo, como un artista con su propia firma pero más concretamente, como una mercancía que se hubiera tasado y en vista de dicha tasación, obtenía un precio.
Ahora veo una noticia en el periódico EL PAÍS y vuelve de nuevo su recuerdo, su curioso, conmovedor y perturbador recuerdo. (Por cierto, aquello que se dice de que un auténtico Elmyr podría llegar a los 100.000 euros no me lo creo en absoluto, lo dudo mucho.)

Extracto de El País:

Elmyr lanzaba el desafío: él no era un falsificador sino una víctima. “La palabra me desagrada, y además no la encuentro justa. Soy víctima de las costumbres y las leyes del mundo de la pintura. ¿El verdadero escándalo no es acaso el propio mercado? En un mero plano artístico, desearía considerarme como un intérprete. Al igual que se ama a Bach a través de Óistraj, se puede amar a Modigliani a través de mí”.

(También hace referencia EL Mundo a Elmyr de Hory. Lo interesante también es leer los comentarios a la noticia.)  

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