miércoles, noviembre 19, 2014

Celestino, súper héroe

Celestino ha batido hoy su propio récord. Celestino ha estado trabajando más de 3 días y medio.
-Celestino, ¿cuántas horas son esas?
- ...

Me mira al pegarle un codazo por sorpresa en las costillas. Medio adormilado, con la cara congestionada por el inmenso derroche de energía empleada en estos últimos tres días.
-Celestino... ¿me escuchas?
Celestino me sonríe como embobado con algo que ha visto sobre mi frente, o eso me parece. Celestino no reacciona y vuelve a cerrar los ojos. No puede con su alma. Pasan las paradas de metro como fugaces chillidos y golpetazos.

Su chica, Mariola, trabaja en un taller de mecánica. Mariola viaja también en metro camino del trabajo y lleva un vaso de papel con un café que reventaría el estómago a un dinosaurio. Mariola bebe a buchitos y mira a izquierda y a derecha. Parece sonreírse a sí misma. Lleva un polo amarillo corporativo donde sobre el pecho derecho aparece el anagrama de su empresa. Tampoco ha dormido esta noche pero no por trabajo, sino por placer. Mariola se ha ido de fiesta con unas amigas un martes por la tarde y ha regresado a casa de sus padres a las seis de la mañana. Son las ocho y pico y mientras su chico se siente un súper héroe del trabajo camino de una cama, ella sonríe no sabe a quíén, no sabe por qué, con un estallido de cafeína en el cerebro que parece que se le agarra al cuello por momentos.

No hay comentarios: