martes, noviembre 04, 2014

Pluviales

Tras el estupendo chaparrón durante un par de horas en la madrugada, tras los ríos que arrastraban todo tipo de papelillos, colillas y detritus varios, llegó la calma. Al asomarme al balconcillo contemplé, allá en lo alto, en lo más alto y profundamente azul, unas estrellas gordas como chinches.


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