sábado, agosto 15, 2015

Abandonen el lugar

Sabéis ya que de lo que se trata es de abandonar este lugar.
No sé si se trata de alejarse lentamente, muy lentamente, o paso a paso, con cierta tranquilidad y de esta manera no levantar sospechas, mirar o no mirar hacia atrás... evitar por todos los medios mirar hacia atrás, o correr, o correr cada vez más deprisa, sí, cada vez más y más deprisa, a la carrera, y de vez en cuando mirar hacia atrás, un instante tan sólo, y así enfilar una buena carrera, una carrera larga y duradera, constante o inconstante, y que una brisa, sí, una ligera brisa que tú mismo generas te toque la cara por la propia velocidad que has alcanzado, que disfrutas y... no lo sé... bueno, es decir... aunque confieso que a veces es cuestión de reptar y mientras reptas fijarte en cada poro de la tierra, en cada grano de arena, en cada diminuto insecto, y con sólo un golpe de vista retener cada hebra de vida.
Sé que es difícil pero cualquiera pueda darse cuenta, cualquiera puede saberlo.
Se trata de eso, de abandonar este lugar... incluso detenerse por completo, quedarse estático, y como se suele decir coloquialmente: sin mover ni un sólo músculo. Ni un sólo átomo de tu propio caparazón, de tu propia piel e incluso dejar de pensar en cómo abandonar este lugar. Así es, sí, eso creo.
Al final, lo mejor es no pensar en ello. Lo abandonarás, sencillamente, tarde o temprano. 

No hay comentarios: