martes, abril 05, 2016

Una pieza fija

No parecía que hubiera ni una sola posibilidad de lenguaje
cuando pensabas en ello,
pero te sucede de nuevo en la cabeza
como si estuviera de nuevo, ahí fuera,
sin posibilidad alguna de trastorno,
sin posibilidad de cambio alguno.

Enquistado como un comodín del sentimiento
                                 aparece
con ese pálpito,
el aura indescriptible
—por mucho que te esmeres es así,
no puedes ni cambiarlo ni expresarlo— 
es la valiente frustración 
anclada a cuanto te remites 
un olor, un rostro, situación,
algún lugar
A AQUELLA EXTRAÑÍSIMA FELICIDAD 
cuando fuiste capaz de desprenderte de ti
y no ser más que lo ahora 
                                fijo
                  inexpugnable
se revela como un elemento tal vez irresoluble
—parece que asoma cierto signo—
sin armazón
pero que late: UN, DOS... UN, DOS... TRES
hasta que desaparece de nuevo
y podríamos decir
que es una pieza fija de la nostalgia.



 

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