miércoles, mayo 18, 2016

Diario II

El cielo  azul. El café no demasiado oscuro. Las mismas palabras. Escribir tres páginas al día. Romper cuatro. Sin ideas y sin montaña que subir. Hoy es el día de los museos. Kiko Veneno ha tocado hace más de una hora en el Sofidú. El lunes pasado, un relato de Manuel Vicent en El País sobre su figura. Algarabía de perros tras colgar una noticia sobre Kiko y su veneneo en la red. Los sonidos de la calle por la mañana. Leyendo el cuarto o quinto libro seguido de Vila-Matas, en este caso, sobre la atracción del abismo, Exploradores del abismo. Interesante perspectiva la que nos ofrece sobre la materia oscura y la existencia de Dios, ¿de dios con mayúscula?, ¿en caja alta?, o, lo que es lo mismo, cuando habla S. Hawking sobre la increíble posibilidad de que exista el universo tal y como lo "percibimos" nosotros. Al igual que O. Sacks habla del maravilloso equilibrio de nuestro cerebro (salvo raras, muy raras excepciones, por cierto) excepciones para percibir la realidad como la percibimos (así en su libro Alucinaciones). En un momento del libro de Vila-Matas, recreación del autor de los relatos chejovianos, "que por qué hay algo en lugar de no haber nada". He descubierto que lo dijo Leibniz, el filósofo de las mónadas. Hasta hoy nadie ha dado con una explicación satisfactoria. Tal vez la explicación satisfactoria sea la existencia per se, lo que es la primera explicación, es decir, existe porque si no, no podríamos decir por qué existe o no existe, no existiría, sin más, o existe, sin más. También el humor, una fantástica celebración del humor en este libro. Abro ahora mismo por una página el libro al azar del libro... no, del mío, puesto que estaba buscando dónde se encontraba el relato en cuestión y hallo esto: "El humor es el inquilino eterno del vacío, Bo".

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