martes, agosto 29, 2017

DdA-XIII

Chico Pesadilla ha entrado en el bar.
-"¡Basta ya..., Chico Pesadilla!" -dice uno.

Dos hermanos. Uno de ellos se adelanta y se queda mirando fijamente al camarero que va de un lado al otro de la barra, sirviendo a los clientes, colocando las bandejas de lo que luego serán raciones en los expositores. El camarero mira al hermano y éste le pregunta algo. El hermano balbucea su pregunta, mientras que un hombre, su hermano, le pasa un brazo tranquilo sobre la espalda y le sienta a una mesa. Le ofrece una copa de vino tinto que bebe hasta dejarla mediada. Se la deja en la barra. Se la vuelve a pasar. Esta vez él se la bebe completamente. Sigue mirando la TV. Con los ojos vacíos. Sin un solo gesto en el rostro. Exactamente sentado en la misma posición. ¿Dónde se encontrará su cabeza?

Comienza a llover con más fuerza y me calo bien. Bien. Bien. Buscando un lugar. Calles paralelas, transversales, equidistantes... Ahora sobre mí, el puente de todos los puentes de todas las ciudades del mundo. El sonido de los neumáticos y sobre ellos el cielo recientemente abierto tras la lluvia. Alguno de los pilares de este puente han sido decorados con fichas de dominó.

-"¡Chico Pesadilla...!" -grita uno, fuera, en la calle.
-"Vale ya, hombre!" -responde el Chico Pesadilla, y sigue mirando su cerveza, y a un lado y al otro de la barra del bar.

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