Me fumo los insectos de esta noche.
Lío el cigarro
mientras el insomnio nictálope
rebulle como patitas nerviosas,
sus élitros.
Sus antenas se debaten en la pega,
y el ocelo-celda
me encierra
en universos paralelos
pero sucumben al fuego de la brasa.
Otro día más, y otro.
Un corazón-insecto está en crisálida.
No despertéis su sueño
por miedo a que ignore su destino.
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