miércoles, febrero 28, 2018

Febrero is over

Termina ya febrero y Camilo ha encontrado trabajo pero no, falsa alarma, todavía no. Está lloviendo a mansalva. Durante toda la tarde y la noche anterior el país se ha cubierto de agua y de nieve, aunque no lo parece porque desde aquí se ve que el agua aún no chorrea por las paredes del edificio de enfrente. No sabemos si al sur le ocurre lo mismo.
Camilo ficha en el paro. Camilo escucha a Leonard Cohen, Ten New Songs. La de veces que habrá escuchado este disco en una cassette hasta que se le cayeron los cachitos de hierro y cromo, hasta que se le estropeó el mismo reproductor que utilizaba cada tarde o cada noche después de cenar, leyendo en su larga y extraña tranquilidad. El tema "Alexandra Leaving" le parece especial, mágico. No sabría cómo definirlo. Es paz. Es amor del bueno. ¿Ves?, ya lo estás fastidiando.
Le viene a la cabeza la película de De Sicca Milagro en Milán, la empatía del personaje principal, Totò il buono, su preocupación por los demás, a pesar de la maldad o la defensa de lo poco-suyo de algunos. ¿El milagro ocurre porque se encuentra petróleo por casualidad en un descampado ocupado por desharrapados, pobres, gentes expulsadas de la sociedad o porque hay una persona que es capaz de ver la posibilidad de cambiar todo eso, ofreciéndoles y ofreciéndose la esperanza necesaria para seguir soñando? Sí, amigo Camilo, ¿cuál es el milagro?
Ayer reflexionando sobre la película Mars y recordando otras reflexiones, recordé las palabras de un gran divulgador de la física teórica como es Michio Kaku quien hablaba en Universos paralelos (fantástica la edición de Atalanta) de la unión de los seres humanos en la búsqueda y uso de una gran energía que posibilitara el desarrollo de la especie para su no extinción y para la consecución de una energía suficiente a su vez para los viajes interestelares, lo que choca frontalmente con la carrera espacial que llevan diferentes naciones porque esta se basa en la competitividad fundamentalmente. La competitividad está bien, pero ¿qué me decís, por poner un ejemplo que espero sea incorrecto políticamente, cuando la gallina se queda petrificada ante dos montones de pienso? El ser humano, visto lo visto hasta ahora, está condenado, y no es pesimismo, es tener las cosas medianamente claras para darse cuenta de que no hemos evolucionado lo suficiente. Nos falta un hervor. Estamos todavía en el árbol, masturbándonos o arrojando mierda al congénere de abajo, lo que está bien, sí, puede ser divertido, pero luego que no se venda en las megaproducciones cinematográficas el buenrollito ese de la humanidad.

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