lunes, marzo 19, 2018

pintada en un bar concurrido y clandestino a altas horas

En una pared
lo refieres
con un vocativo.
Abrir un surco,
la palabra elegida
imperfecta,
ya lo sabes.
Pero es lo habitual
fácil
como acabar metiendo la cabeza
en un abrevadero
y empezar.
Despeja y empieza,
es sencillo,
como si abrieras lentamente
los ojos a la penumbra,
¡no señales!, anuncia ni siquiera
y piérdete un poco más
sobre la pared que está repleta de signos
que intentan ser
nomenclatura.
(Exclusiva de un tiempo pasado).

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