Ya sabéis que todo esto puede ser verdad.
En mitad de la noche, mientras duermo, una pelota de colores, como si contuviera minúsculos diamantes luminosos, aparece dando un bote y otro delante de mí. lo que hace que me despiste.
Un bulto remolonea detrás de los visillos del armario. Luego trepa hacia la parte alta y desaparece.
Al mirar la hora en el móvil apenas 4 ceros: las 12, pienso, la hora de las brujas. Me habéis arrojado vuestra pelota, ¿o se os ha caído?, y habéis huido, infantiles, niñas-brujas, dejándome con mi soledad y mi miedo...
La suerte de la Noche que os encubre.
-y la contemplo acercándose sin amenaza
livianamente
hacia mis ojos.
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