viernes, enero 07, 2022

Sala Galileo, concierto

Bueno,

ayer noche estuve en la Sala Galileo en un concierto de folk ibérico, y digo ibérico porque además se encontraba, en el profuso conjunto de músicos que allí se encontraban, una vocalista portuguesa de voz prodigiosa y variada, una delicia para estos oídos de aficionado.

Confieso que llegué y escuché un par de temas (los hubo numerosos sobre la siega, la trilla, el duro trabajo en el campo, e incluso uno escrito por nuestro Federico, nuestro Lorca), y que a punto estuve de irme (no sé por qué razón me sentía a disgusto), pero estaban unos cacahuetes ahí en el platillo que decían "Cómeme", así que, a medida que fui dando cuenta de ellos, el concierto empezó a subir, a caldearse, a... y me vi sumido en un cada vez más revoloteo ascendente y sin final de instrumentos, intérpretes y... DE VOCES que eran bálsamo para estos días de silencio ceniciento y barullo mecánico. ¡Qué bailarines! ¡Qué toque de pandereta! ¡Qué entusiasmo...! ese, el mismo que nos hace estar cerca de los dioses.

Al salir, y buscar al amigo, se me cayeron los auriculares al suelo al sacar el tabaco con tal suerte que fueron a rodar debajo del coche. Una amable mujer se acercó y me dijo que había visto lo que se me había caído, y que yo seguía buscando en los bolsillos. Era todo un aviso que se podía traducir en un olvídate de los auriculares y encuéntrese usted más en la música en vivo. 

Marchamos a un bar cerca de la sala y allí se armó una buena, una vez que volvieron a calentarse los motores, esta vez se podía añadir razón diferente a la anterior. Así que algún vecino llamó a la poli y con esas ya se avisó de que la cosa podía ponerse fea, pero es que era un concierto, y de nuevo esas voces y ese derroche de ánimo y de toque. (Es más, durante el tiempo en el que estuvimos en el barecito aquel en ningún momento nadie sacó el móvil, prueba acaso de que allí todo el mundo estaba en el lugar que quería estar, en el momento y con la compañía más estupenda, deduzco, por supuesto. Y esto último no es una exageración, lo siento para algunos de aquellos que se definen multitarea.) 

Llegada la madrugada, nos fuimos (se fueron) con los instrumentos a otra parte y espero encontrarlos en alguna que otra parte más, porque la vida lo requiere.


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