lunes, junio 30, 2008


Ayer por la tarde me dirigía en autobús a la casa de una amiga.
Leía al poeta Tomás Segovia, creo que su primer libro de poemas, publicado en 1955, llamado Luz de aquí. Un libro que comienza con el "encuentro" con la amada mientras ella duerme, algo así como qué luz ingenua esplendes mientras duermes, qué sensual totalidad, etcétera. Me recordaron a mis primeros poemas (los de verdad) en aquellos años de facultad siempre con distancia y modestia, pero así fue.
Cuando llegábamos a Cuatro Caminos (el viaje en Circular tiene estas cosas "ves por donde vas" y recorres cierta parte de la ciudad que a esas horas se encontraba un poco agostada) se sube un tipo, un viejete delgado y con ganas de conversación por eso de que le estaban chirriando las neuronas por ver tanta bandera de España exclusivamente por el partido de fútbol. Al grito de defendamos España que se rompe y que saquemos las banderas, no solo por una pelota, enorgulleciéndonos de ella y de la unidad, entidad, patriotismo y todas esas grandísimas palabras que hinchan mi corazón como una pelota enorme, más si cabe que las de fútbol o baloncesto, se fue desarrollando la conversación. El viejete ufano todo él, con la verdad por delante y muy creído y todo tal y qué bien. El conductor apoyándole (?), diciéndole que hay gente que la lleva de taparrabos -yo, claro, calladito que estoy más guapo y no quería liarla como en mi propio 36-. Así que bien.
Después de ver el partido (un partido donde aparecieron ciertas banderitas de águila bicéfala, imperio Isabel y Fernando, supongo que también en la cama, feministas ell@s) y disfrutarlo, salimos a ver cómo estaba la calle. A la entrada del metro veo como un tipo de dos metros hacía, al otro lado de los tornos, el saludo romano -que es otro imperio- junto con otros chavales. Entro y gritan lo de "España Una..." etcétera. Recibimiento underground mientras golpean con "saña 1939" los tornos. Genial.
No he visto ninguna bandera republicana, ninguna bandera que representó a una España hasta que llegaron unos cuantos generales que al grito de salvar la República la traicionaron y traicionaron al pueblo que se encontraba, mejor o peor, realizando "ajustes económicos, sociales y políticos" con desigual fortuna pero empeñados en sacar a España de un desastre tecnológico e industrial endémico. José Bono, socialisto, está claro que por la "tranquilidad" -su tranquilidad-, opta por la que se ha conservado quitando un pollo para colocar una corona, como si éste fuera país para sisís emperatrices. Es lo que nos quisieron hacer creer desde un princip(e)io. Donde las multinacionales son las que hacen y deshacen a su antojo, a eso es lo que llamo el verdadero "patriotismo"; donde existe más verguenza -por la parte que a los pepés les toca- por recuperar la memoria de todos los muertos -campos de concentración y extermino sistemático, incluido, posterior a la guerra, amén de las matanzas producidas, ajustes de cuentas y dilaciones sin base legal, sin base de cualquier tipo, o con la base de envidias o rencores-.
Creo, visto lo visto, que la provocación de los que se siguen creyendo un discurso imperial, pseudopatriótico, más bien machaca de patrón, es constante. Creo que su sentido común es nulo y peligroso como se demuestra con las palizas y muertes producidas -larga, muy larga la lista-. Pero de esto nada, ni mu, es decir, se pasa por encima como si no importara. Vergüenza y asco me daría ir a un partido a escuchar berridos fascistas con sus símbolos sin decir nada, me refiero a los del palco de honor, que a estos no les pueden esperar a la salida. Parece o creen que lo tiene bien atado o se sienten muy seguros
Está claro que, parafraseando a Víctor Manuel, parece aquí no cabe ni Dios. Y que, cada vez más, un partido de España es una demostración de fuerza para determinados elementos que son cada vez mejor "alimentados" y promocionados. No en vano se pueden manifestar a sus anchas, lo que hace unos años era mucho más difícil.
(La ilustración o fotografía es de Gee Vaucher, Crass Art an other Pre Post-Modernist Monsters, Ak Press, Exitstencil Press, 1999).

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