jueves, noviembre 20, 2008

Juro que te echo de menos solo a veces...

Cada mañana al bajar las escaleras para ir a trabajar me encuentro con tu olor, con tu perfume de frases salvajes y albaricoque de lata 12 piezas... arrojarme por el hueco de la escalera, tomarlo todo en un solo vuelo, sería tan fácil, tan fácil como, tan fácil como llenarme los bolsillos de arena de la playa de Odeceixe.

Son sólo siete pisos: ¡flap! ¡flap! ¡flap! ¡flap! ¡flap! ¡flap! ¡fla...p!

Cada mañana me es tan fácil ir a trabajar: el recuerdo de tu olor me saluda al salir al portal, desciendo las escaleras a oscuras (aún no ha amanecido, es invierno y mi cama está muy fría) y sé que es verdad que un gato tiene siete vidas y acabo hablando con cualquier sombra que se acerca a mi con ganas de charlar... lo malo es que nunca sabrás de quién estoy hablando.

¡Sería tan fácil abrir los brazos y salir a volar!

El sabor a hierro de las mañanas. Sobre todo cuando el sol pega con rabia en los cristales de mi ventana. Morderme el labio y extraer una diminuta gota. Seguir pensando.

4 comentarios:

Jose Luis dijo...

es una suerte también leer este blog, para perder ese sabor a hierro de las mañanas...

Anónimo dijo...

y es difícil que la cama no esté fría, y que el café no sepa a hierro, y que la mente de pantalla plana no se vaya a otro sitio en el que la exisencia de datos no sea oportuna, y sólo venga a ti la caída libre de solo 7 pisos por cada mañana, y casi siempre es lo mismo aunque lleve otro rostro.
Besos.

Anónimo dijo...

y para este vuelo no quedan alas,ni pies en el cielo.
¿quién será el primero en tirarse?
p.! arderá en el infierno.
besos

alf ölson dijo...

... o como decía Robe de Extremoduro "voy a empaparme en gasolina una vez más / voy a arrastrarme a ver si prendo / y recorrer de punta a punta la ciudad quemando nuestros malos sueños".