El otro día murió Erik Satie. Esta mañana nos hemos pasado por su casa. En el interior de su piano hemos encontrado cientos de papeles de diferentes tamaños que contenían dibujos diminutos y textos, a cual más extraño y gracioso o delicado, e innumerables partituras.
El piso estaba lleno de mugre, había polvo por todas partes, ¡con lo limpio que era el maestro! Hemos encontrado su colección de cuellos duros y el retrato que le hizo Suzanne, "mi Biqui" como a él le gustó llamarla, quien le partió el corazón marchándose de su lado seis meses después de haberse instalado junto a él en una casa contigua. También atesoraba sus cartas de amor.
(La fotografía la he extraído de
http://piedefoto.blogspot.com/2005/10/retrato-de-satie-1893-suzanne-valadon.html)
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