viernes, enero 02, 2009

Camilo desea desaparecer para siempre

A Camilo le encantaría desaparecer. Desaparecer para siempre. Lo piensa cuando se acuerda de ella, cuando piensa en ella. Cuando piensa en hacerse daño, en dolerse de manera absurda, infantil. Hoy se ha soñado en la oscuridad, una espesa bruma de azabache lo envolvía. Sus brazos pesaban, todo su cuerpo era un consumido bloque de hormigón. No sabía dónde se encontraba.
Camilo piensa en desaparecer y el pensar en esto le produce aún más congoja. Imagina, por ejemplo, que si llegara al infierno, cualquiera, no sé, cualquier infierno, por ejemplo el de los Estados Democráticos Aconfesionales, por ejemplo, se encontraría con el mismo plantel: se encontraría a su diosa multiplicada por mil, cien mil ansiedades. La vería, la contemplaría eternamente contenida en cientos, miles de espejos de ámbar, inalcanzable para siempre -pues eso es lo que hace precisamente el recuerdo- y, por supuesto, sin poder desaparecer, desaparecer en su cabeza, de sus ojos que la ven, de sus manos que desean tocarla, de su polla que desea penetrarla por todos sus agujeritos a la vez, licuarse en ella para siempre, desaparecer en ella.
Camilo, tú lo que quieres es convertirte en agua y que te absorba por el culo, por el coño, por la boca, incluso por la nariz y los oídos.
Sí, Camilo, tú quieres realmente desaparecer. El mundo es demasiado aburrido y frágil para ser uno solo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

like a Camilo.

alf ölson dijo...

Like a bird es lo que quiere Camilo pero yo le digo que eso ya lo hizo Leonard Cohen...

Y Camilo es como es, LaGonzala, y se sube a los autobuses sean o no creyentes, sean o no atractivos... y de sementales...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.