sábado, enero 17, 2009

mirrata

Me comió el corazón mi rata
mi propia rata, mi propia hembra
madre rata que alimenta a sus crías
ahora
con mi entraña, mi propio corazón
yo que lo enterré
es enero
ella lo ha vuelto a despojar de la tierra
para sus crías, para sus repugnantes, ávidas crías
sin pelo, ávidas crías
calvas crías
chillan por un trozo despojo
hundido en la tierra
seco ya, agusanado ya, por un pedacito de corazón
pútrido ya y sin hueso
la madre rata me devora ella también rata
mi corazón pútrido agusanado
mi rata, mi propia rata que con sus uñas
escarbó, arañó la tierra dura helada hurgó
¿y cómo se duerme a una rata y a sus crías?
y sigue alimentándose de mi corazón, mi pobre vieja entraña
la olvidada por mí
ahora lo recuerdo de nuevo
de nuevo
mi entraña me recuerda otra vez a ti
esta rata que llevo dentro
mía
devorará a sus propias crías
no las dará de comer y se alimentará de sus propias crías
cuando haya acabado con mi corazón batido
bajo la tierra, agusanado y frío sin hueso
mi corazón lo he perdido
se lo ha comido mi rata
ayudadme a encontrarlo entre sus dientes
dejadme recuperar aunque sea un pedazo
de mi propio corazón agusanado
te besaré, rata, las uñas, te daré mi sexo,
pero rata, mi rata, no devores mi corazón,
corazón que enterré hice funeral y leí unas oraciones
e imprequé a los dioses y ellos descendieron
y fulminaron mi razón, y no comprendí nada,
te lo ofreceré, ¡oh rata!, que es mi rata
que te has comido mi propio corazón
devuélvemelo para tus crías
te lo ofreceré todo
frío y agusanado
pútrido y sin hueso
mi corazón
que yo soy mi propia rata
rata que eres mi rata.

(Poema leído el pasado jueves en el Restaurante Oeste-Celeste.)

2 comentarios:

mercedes dijo...

ufff!!

voy a leerlo otra vez

alf ölson dijo...

Pues nada... pero sin empacharse.
Un beso.
Alf