miércoles, febrero 21, 2007


JOAN CURSACH

Cartografía de las migraciones

¡Los seres humanos son tan sordos y tan absurdos! ¡Qué incapaces son de entender o de presentir el sufrimiento de los demás, incluso cuando tienen la franqueza y la flaqueza de quejarse! Podría parecer que la desesperación endémica de nuestra vida es razón suficiente para comprendernos y solidarizarnos entre nosotros. No lo es. La humanidad no ha creado hasta este momento ninguna asociación de seres angustiados. Ni hubiera podido hacerlo. Porque, en el fondo, la angustia es la percepción íntima de nuestra radical incomunicabilidad.

Coimbra, 29 de junio de 1974
Extraído del Diario de Miguel Torga

Caminos del mundo,
alguien os sigue.

Saint Jean Perse

Taller de Encuadernación La Eriza, c/ Colón, 15 –Tfno. 91 521 40 61 -28004 Madrid-
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(INAUGURACIÓN: 3 marzo, 2007 a las 13 hrs)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, yo creo que sí hay asociaciones de gente que sufre, lo que no hay es asociaciones de gente que sufre sin motivo. Que sufre porque sí, porque le viene en gana. Que sufre y no tiene ganas de convertirlo en cosa pública. Que sufre aun sabiendo que debería no tener que hacerlo.
Oh, la tristeza sin aspiraciones. Oh, la humanidad...

Anónimo dijo...

bien anónimo, somos muchos en la bola terráquea como para estar pendientes de quien sufre. Creo que es suficiente con saber que tus pasos no causan sufrimiento a otros. Esto es posible dado que tenemos algunas posibilidades de elección, al menos en el primer mundo. Lo que ya me va tocando los huevos es eso de "angustiarse mucho por lo que pasa aquí, allá y en el quinto pino, cuando en nuestro interior sabemos que no vamos a hacer nada por cambiarlo. Por derrotismo o porque vivimos de puta madre". Lo tenemos todo: patines, balón de futbol,raquetas de pinpon y la posibilidad de angustiarnos y desangustiarnos vanamente. ¿alguien quiere montar una asociación, de lo que sea? Que lo diga.

Anónimo dijo...

y me pregunto yo ¿qué tendrá que ver con lo que uno percibe o cree que siente? Por supuesto, si no tienes para comer te preocupa una mierda de qué color va a ser tu no próximo coche. Pero existen necesidades que angustian. Y quiero creer que muchas de ellas nada tienen que ver con lo material. No todos los de aquí compran su ropa interior en ese primer mundo. La exclavitud no siempre es visible por el brillo de las cadenas.
Miro a los que viajan conmigo en los autobuses verdes y sí: lo siento mucho: no dejo de sentir la tristeza del que ha desayunado.

Anónimo dijo...

en el primer mundo disponemos de satisfactores para esas necesidades no materiales. En todo caso nuestro estado de animo depende de nuestro interior. Sentir (angustiarse, sufrir) no es un hecho subjetivo. Ahora, el estado de ánimo descompuesto por el sufrimiento o el dolor es conjonudo para algunas cosas, por ejemplo para inventarse poesías.

Anónimo dijo...

Lo de "sentir no es un hecho subjetivo" me suena al diálogo de la última noche de Boris Grushenko, cuando discute en términos filosóficos con su prima Sonia... En fin, que tal vez sea el poema el que se invente la tristeza de uno.
Vete a saber.