lunes, marzo 10, 2008

Miguel Pérez Pardo y sus fotografías en el Travelling Bar, calle Olivar, 39, Lavapiés
Este miércoles, a las 22:30 en el Travelling Bar, en la calle Olivar, mi amigo Miguel Pérez Pardo expondrá sus fotografías.
Fotografías de paisajes y de almas de paisaje... por ello y después de la traca política que os he metido últimamente, me voy a plantar con un poema que escribí cuando Miguel y yo nos fuimos a la Pedriza ( a la Pedra, como le gusta decir a Miguel) a comer unas judías pintas y una ensaladilla-risa... entre altísmos eucaliptos y sin necesidad de claros de bosque a lo María Zambrano.

La Pedriza (20 de septiembre de 2007)
(A Miguel Pérez Pardo, al tubo de escape que se soltó en Manzanares y a la Guardia Civil que nos pidió la documentación por su ¿estupor? ante el coche abstracto).

La piedra respira.
Enorme.
Respira.
Diez metros de largo por tres de altura,
dieciséis pulmones al unísono.
Mientras, las músicas agitadas por el frenesí del calor
nos rodean con un zumbido molesto.
Espantamos a las moscas con cigarros encendidos
clavados en las aguijas de los pinos, púas enhiestas
que sostienen detenidos botafumeiros
-entonces,
se nos ocurre el sentido del incienso en los templos budistas
para echar a los insectos-.

Dos ninfas se han cruzado en el camino.
La ninfa corredora y la ninfa que se acaricia,
a su compás,
con un helecho.

Saluda.
Ha llegado la tarde con su compás de luz anaranjada.

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