Como viene siendo habitual, el Tren Vertical tiene algo que no tiene el común de los recitales de poesía. Creo que viene por la parte de lo anárquico que puede llegar a ser quien lo organiza. Anárquico no es sinónimo de desorden sino de laissez-faire, que dirían los franceses.
El Tren contó esta vez con la magia de Bolo que no dejó de sorprender con sus comentarios, su interactividad, sus ganas de darse a pesar de su timidez (¿timidez El Bolo?, venga a otro hueso con ese perro…) porque como bien me decía “… pero si yo no sé leer…”. “Claro que sabes leer –le contestaba yo – si sabes escribir, sabrás leer”. Esto no sé si es del todo cierto, amén de conocimientos de Oliver Sacks y eduardos punsets, pero creo que más o menos es correcto.
La historia se encontró con la lectura de un par de cuentos que bien pudieran dirigirse a un público infantil, que no pueril, para que entremedias de estos, o intercalando estos, discurriera el recital “interactivo” en el que cada uno de nosotros cogíamos un número, lo decíamos en alto y Bolo leía el correspondiente grupo de versos ( 2, 3 o más).
Nos hicimos unas buenas risas pero también hubo su carguita de profundidad, de esto último no estaba en absoluto de acuerdo Carla, pero a veces –se agradece –se levantan críticas adversas; aunque personalmente no estaba muy de acuerdo. Para ello también está el Tren. Algún o alguna, en este caso, pasajera puede manifestar su contrariedad respecto al mismo.
También señalar que el viernes estuve en el Ven y Vino organizado por el colectivo Yeah! Allí estuvo Ana Celada que, como bien dijo, me considero un fan suyo. Sí, una conversación telefónica que es poema, retahíla de versos: imágenes vívidas, muy bine construido, de sutil y bien trazado paseo entre y con las palabras y de una vitalidad enorme. Un vaivén –como le dije – entre la performance sin serlo y el poema discursivo, más cercano a este último. En julio me voy a dar el gustazo de tenerla en el Tren porque se ha comprometido a venir (¡jupiiiiii!) por lo que estáis todos, no hace falta decirlo, invitados no sin antes advertiros de que el 25 de mayo, no queda ni ná, estaremos Sergio Cruz, Felipe Rubio y yo en el el mismo espacio y a la misma hora para realizar otra paradita en El Tren vertical.
He descubierto a Nick Drake. Es un estremecimiento. Un tipo que grabó tres discos y se retiró cuando no tenía nada más que decir. Murió sin cumplir los 30. También me gustaría hablar de la macarra de Amy Winehouse, pero eso lo haré otro día.
(La fotografía es de Bottelho, y se encuentra en la wikipedia).
1 comentario:
este blog es cada día mejor, y a fonkyrock se le ve muy requetebien, como si estuviera enamorado, de la vida y su poesía... no faltes mañana en Valdeacederas.
No pude ir al Tren, me dediqué a correr por la mañana, en fin.
Publicar un comentario