
La Más Bella, revista experimental de arte y creación
El lunes, día en el que no estuve, en el programa de performances del Centro Moderno, hubo una charla llamémosla "introductoria" sobre la performance... pero lo que no se sabía es que iban a coincidir con altos mandos militares de toda Europa para tratar algún tema importante. Según me dijeron sobre el tema del Líbano. Militares, y las mujeres de militares con artistas del performance juntos. Gorras de plato y crucifijos con personas de aspecto desenfadado. ¿Se produce la primera performance?... Quién lo sabe.
El martes vi unas cuantas. La sala estaba hasta los topes. Llovía. Un coche giró por prohibida y al final de la calle se encontró con uno que venía de enfrente. El segundo reculó, pero los que estábamos en la calle también buscamos la "acción", es decir, el " a ver qué pasa". Yo, que de estas cosas sé más bien poco, me preguntaba si era otra acción. Yolanda me dijo "Toma, ¡pues claro!". Zanjé el tema. Mis ojos y mi cabeza lo vieron así. ¡Pues claro! En su acción Yolanda jugó a la Oca mientras se iba poniendo guantes de cirujano. Un dado de Las Vegas, una ficha que era un corazón. Casi no podía mover las manos pero consiguió llegar a la Meta. Uno a uno fue repartiendo los guantes. Profilaxis en el juego de la Oca con la ficha del corazón.
La primera que vi fue la de Mario Merlino. Nostalgia con álbum de fotos, tiritas en los ojos, retratos recortados, puzzle de rostros, etcétera. También la de Pedro Núñez que iba desplegando rollos de cajera a medida que hablaba de lavanderas en el Ródano. Una gran belleza de texto y de textos, orientales , europeos... sobre la luz, la vida que fluye, etcétera... Y presencié la de la pareja Morandi que nos ofrece su cerebro o la de María A. A. quien nos lee titulares que durante dos meses han aparecido en el Diario de Andalucía a cual más ambiguo, o semánticamente erróneo o desafortunado, etcétera.
Dio para irse y querer más aunque la contemplación exige esfuerzo y trabajo para el que desea aprovechar para sí todo aquello.
Ayer un par de performances porque la sala estaba otra vez a rebosar, aforo completo. No es muy grande, como cualquier sala de arte de 30 metros cuadrados, aprox.
Fuera llovía a ratos. Jarreaba, en otras... Y me apetecía más estar fuera que dentro. El día gris, plomizo, fresco sin hacer frío. Se estaba a gusto oyendo a Luis Elorriaga con sus comentarios, a la peña que fumaba y hablaba a pasitos pequeños.
Pero el homenaje de Sofía nos encogió el corazón a todos. Nos impresionó. La descripción de la inmensa farmacopea ante un cáncer de pulmón terminal. Su pareja. Y nos lo hizo ver. Cóctel de muerte que ella vuelve a meterse en el cuerpo -afortunadamente en una mínima cantidad- con una copa de vino.
Antes había estado Hannibal Lécter contando ovejitas, denunciando el mal trato, el desprecio absoluto para el animal para conseguir su lana en determinados lugares según rezaba el papel. Y con sus bolsas de la panadería vienesa...
Todavía no sé qué es una performance. Y creo que es porque no sé decir lo que no es una performance. Estoy al principio, me temo, entonces.
Hoy ha presentado Pepe Murciego y Diego Ortiz la revista La Más Bella, una revista que es un ejercicio al más alto nivel de ingenio, crítica, ironía, variedad de materiales, recrea(c)ción y reutilización de materiales... y me lo he perdido porque esta cabecita pensaba que era mañana. En fin., cabecita, a dormir.
(La ilustración pertenece a la revista o invitación para acudir a lo que ha sido la presentación de La Más Bella, revista de arte y creación).
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