martes, mayo 12, 2009

2 reflexiones

He de saber que estoy solo. Completamente solo, pero esa es mi fuerza. A diferencia de los demás, esa ha de ser mi fuerza. Estoy solo, lo sé. Al cabo del tiempo uno se da cuenta de ello y cada vez con mayor rotundidad. Debo aprovechar la ansiedad, debo dirigirla hacia otro lugar para que así produzca una nueva energía, energía que pueda utilizar, de la que pueda servirme. En esta encrucijada se ha de voltear la máquina del cuerpo por entero para convertir soledad, frustración, caos o angustia en pura energía para la creación... y que luego los cuerpos marchen.
13/04/09

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Hay un unicornio piafando justo enfrente de mí, en el azul.
La cabeza también hacia arriba.
El sonido son dos volutas blancas expulsadas desde su ollar.
¿Por qué me estremece el diminuto fuego de color dorado que riega los tejados de mi barrio?
Todos esos trazos mágicos exigidos por las nubes... si pudiéramos llegar a comprender el cómo de tal ingenieria que al punto se deshace y vuelve a crear en nosotros otras sensaciones,
o el por qué de las nuevas líneas construyendo figuras, que algunas podríamos suponer futuras, inconcebibles aún,
o, si acaso, dilucidar a cada instante el modelo matemático de los pájaros-aviones que requiebran el aire.
Las nubes y la luz no saben del tiempo instaurado por el hombre.
No es que lo desconozcan. No.
¿Sabemos nosotros de cada grano de arena que existe en el desierto?

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