jueves, mayo 28, 2009

57 muertos

57 muertos han ocupado el banco donde me siento las tardes a escribir. A algunos les han cortado las manos, a otros les han cosido la boca, muchos de ellos no tienen ni ojos ni piernas ni tampoco genitales.
Los han apilado allí para que hable con ellos o les saque información de sus mutilados cuerpos.
Olor a putrefacción. Los gusanos también hablan, pero el suyo es un extraño idioma.
57. Los han dejado allí, los han apilado sin misericordia.
He comenzado a alinearlos sobre la acera, junto a la tienda de muebles y artículos para el hogar.
La visión era dantesca, brutal... extremadamente sucia. Me he tumbado entre ellos y he conseguido dormir un rato.
Con ruidos de diferentes colores he conseguido que se introdujeran en mis sueños. Todo es demasiado hermoso para que ellos me crean.
"Somos los suicidas. Hemos decidido dejar de mentir. Nos enamoramos de la Vida y la Vida nos hizo a cada uno de nosotros una máscara de incomprensión que nos atormentaba diariamente. Pedimos consejo y nos atendieron los doctores de la Palabra. Ninguno de ellos habló del manantial espeso y negro que surcaba y abrasaba por dentro nuestras mentes. ¿Por qué? ¿Por qué ni siquiera nos dejaron buscar un espacio de tranquilidad? No lo supimos nunca. Sufrimos como si amáramos al aire, al aire que nos toca y que nos goza. Pero nosotros no... no podíamos amarlo, ni imaginarlo siquiera".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu cara y tu cara y tu puta y bella cara sonriente y tu aparente tranquilidad ¡no las quiero! ¡quédatelas!

alf ölson dijo...

¿Te digo algo? ¿Te vas a seguir desahogando aquí?
¿de qué puta cara hablas? ¿me conoces? ¿Acaso nos conocemos?