martes, junio 09, 2009

Insomnio

Sobre las tres y media, en plena madrugada, recibo una llamada de teléfono que me saca de la cama. Minutos antes me había despertado con el final de una pesadilla.
-¿Sí...? -dudo, pregunto, porque no conozco el teléfono.
Nadie contesta al otro lado. Cuelgan.
Por curiosidad vuelvo a llamar yo y me sale un buzón de voz.
-¡Joder!
Al cabo de quince minutos mientras me fumo un cigarro vuelve a sonar el móvil.
-¿Sí?
Al otro lado responde alguien pero no consigo entender sus palabras.
-¿Quién es? -repito.
-Tu insomnio -me responde.
-Qué gracia, menuda bromita, venga, quién...
-Sí, una broma que se repite para ti todas las noches.
Me quedo en silencio. No sé qué decir. Es una voz que no conozco. Ronca y muy lejana, casi inaudible. Tiene razón, desde hace unos meses que apenas logro conciliar el sueño, pero, joder, ella..., ella no tiene la culpa...
-Eso es lo que tú crees; sí, ella no tiene la culpa. Pero se te olvida una cosa: la tienes tú, solo tú.
-Pero quién... -respondo tan agitado que se me cae el móvil de la mano.
La comunicación se corta. La batería ha salido despedida al estamparse el móvil en el suelo.

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