domingo, junio 21, 2009


A José-Miguel Ullán le conocí en Ardicia, un libro publicado en Cátedra en 1994.
Hace unos meses entré en la librería Hiperión y contemplé con regusto, con estremecimiento, la obra completa de Ullán, me relamía pero era una pasta lo que costaba de aquí te espero. Lo merece, ya lo creo.
Ha sido el poeta que me dijo que la poesía es total y absoluta libertad y verdad, y a la vez un enorme, inimaginable trabajo no de trepalium sino un hacer gozoso pero exigentísimo (si se me permite el palabro).
El viernes, mientras veía a Gonzalo Escarpa con su enorme montaje y derroche de ideas y chispazos y verdades y gracia y rabia, amén de poesía espectáculo, lo dijo, dijo que Ullán había fallecido hace un par de semanas y Julio Espinosa no puedo reprimirse en hacer un pequeño comentario que Gonzalo oyó. A mí también me ha jodido, me jodió porque no sabía nada tampoco. Esto es lo malo de no estar al tanto últimamente de los periódicos. En el obituario de El País también aparecen estos versos:
"Vive en verdad por los adioses anda troncha los lazos que al abismo te unen urde el borrón y cuenta nueva diles que no hay más raza que el azar que no hay más patria que el dolor que todo/ que todo es frágil y la muerte incluso".

http://www.elpais.com/articulo/prisacom/Jose-Miguel/Ullan/poeta/elpepucul/20090524pripri_1/Tes

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