sábado, junio 13, 2009

Leyendo Las olas de Virgina Woolf

Como pájaro de alas cortadas que solo puede volar en lo más oscuro de tu corazón. Escribo a lápiz en una de sus páginaas , influido también por Ultramarina de Lowry.

V. Woolf, Las Olas, ed. Alfaguara, Madrid, 1994.

"El aire ya no rueda sobre nosotros, con sus alas moradas, tristes y largas." (p. 15).
"(...) y seguiré con mi investigación acerca de las fronteras de la casa a la caída de la tarde, cuando se ponga el sol, cuando el sol dibuje manchas oleaginosas en el linóleo, y se arrodille en la pared la luz fugitiva, haciendo que las sillas parezcan tener las patas rotas." (p. 22)
"Me abandonó la identidad. No somo nada, dije, y me derrumbé. (...) Esta es la vida, pues con la que estoy comporometida" "(...) Y sin embargo hemos inventado ingenios para llenar las grietas y disimular esas fisuras". (pp. 54 y 55)
"Soy un poeta, sí. Seguro que soy un gran poeta- El paso de las barcas y de la juventud y árboles en la lejanía, 'los surtidores que caen de los árboles colgantes'. Veo todo, Siento todo. Tengo inspiración. Se me llenan de lágrimas los ojos." (p.70)

Ayer en el Retiro terminé Las Olas. Esto es solo unas pocas frases de un fantástico libro que hay que leer con grandes dosis de silencio y de tranquilidad, algo que ya no se puede tener un viernes por la tarde con la Feria del Libro a las espaldas. Demasiado ruido en todas partes y Ruido nos acompaña y nos susurra palabritas al oído continuamente. Ruido se alimenta de neumáticos, de sirenas, de alarmas y timbres de teléfono. Y la gente marcha a la par que Ruido y Ruido nos sigue y nos alcanza a pesar de que se viva en el campo ya que Ruido se ha transformado en un grillo, en una chicharra, en el sonido del agua que no desea ser Ruido y Ruido convence al Agua pero ella canta, canta muy bonito, canta líquido y espuma, y acaricia el oído de todos los animales y de aquellos primates que han descendido del árbol hace dos días contados y que no saben otra cosa que llamar a Ruido y Ruido siempre les responde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay palabras mal dichas si no mal interpretadas, y precisamente de lo que hablo es de lo que me tengo que defender? Hablo de no faltar al respeto!. Es triste que mi amor sea incompatible con mi libertad.