noctívagos revista

yo viví en la papelera de reciclaje de mi ordenador
(Breve resumen -y siempre: absolutamente incompleto- de lo que pasó ayer en Lo Máximo; y el sábado, en la fiesta aniversario de Tapas y Fotos)

Ayer por la noche fue de nuevo un placer volver a recitar en Lo Máximo con gente como el amigo neorrabioso (es decir, Batania) con Coco, Bolo, Óscar Pirot, Sergio Cruz y a las guitarras y armónica Ignacio y Coppel (del que ahora estoy escuchando su último disco). Bonito mientras duró. Y bonito después. Kebran se animó con un par de comentarios y un espontáneo cerró con un poema "confesional" (por cierto me niego a aceptar que El principito sea una novela pederasta. A todo el mundo le gusta opinar como que todos tenemos culo o pompis que dice mi madre.)
Pero también quiero hablar de la tremenda fuerza de Olaya que el sábado por la noche montó un buen número en el Tapas y Fotos. Me encanta, de verdad, me parece una mujer muy grande, y se lo dije. Cogía la guitarra y no paraba de gesticular, de crear personajes, de agitarlos con solo el movimiento de sus ojos mientras tocaba. Luego se levanta y se lleva a todo el mundo por delante, le señala a cualquiera; la gente, fuera, en la calle, reía y hablaban entre ellos ALUCINANDO de cómo se mete en el bolsillo no solo a nosotros, público, sino a la barra del bar, a la cocina... y las migas que nos hizo Miguelo, qué migas, si parecían pequeñas bombas de bonito color, y ricas de verdai.
Y después flamenco del bueno, cajón y guitarra,
hasta llegó la policía... para que se metiera la gente en el bar.