sábado, octubre 16, 2010

Cinco segundos
 
Mi cabeza atrasa dos segundos.
Sus cabezas atrasan tres. Eso me dijiste sobre la TDT.
En total: suman cinco.
"Por motivos de seguridad piensen con una lágrima de tiempo menos."
El tiempo. Antes, según Foucault, ni siquiera existía en las cárceles.
Ahora el tiempo es el castigo para toda la humanidad.
Por eso se vive tan neutro en los diseminados castillos de los campos que veo pasar cada vez que voy en coche no sé hacia dónde pero siempre con un reloj en la muñeca.
La luz evita la línea recta. Ahora lo entiendo.
No, no lo entiendo.
Pasan cinco segundos de las cuatro en punto de la tarde.
Son las cuatro de la tarde.
Ahora, para siempre... como si hubiera apresado la más bella mariposa
en el herrumbroso alfiler de la tarde.

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