Dejen salir antes de entrar
(para Ana G. que me hizo ver un poco más de luz)
Ese corazón soporta un letrero que dice:
"Dejen salir antes de entrar".
Ese corazón habitado por una viajera que transcurre por las estaciones
que duerme gitanilla al fondo de un vagón
y que ha perdido toda referencia.
Ese corazón que lleva escrito
marcado a fuego
un fuego que de vez en cuando
acude: "Dejen salir antes de entrar".
Pero a pesar del trayecto constante del vagón,
del chirriar que estalla a plomo en los oídos
aquella única persona no despierta,
no despierta del sueño del que nadie sabe nada
cuándo empezó cuándo tendrá fin,
solo aquella viajera ocupa aquel vagón
en cada una de las estaciones de aquel tren
que recorre y en las que detiene su forma y su silencio
con un topetazo contundente, drástico,
y así se descorran las puertas
ante la total ausencia de viajeros
a cada lado de las puertas
y en cada uno de los andenes a los que llega,
silencio.
Muestra a una única viajera que al fondo del vagón dormita
el único vagon ocupado...
"Dejen salir antes de entrar", se lee en la puerta ahora inútil.
Ese corazón, digo.
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