martes, noviembre 09, 2010

prokoviev

me gusta escuchar a prokofiev
y ver cómo la gente
sube a las 3 de la mañana
y me miran, o no, tranquilamente
como si fueran a un mercado
con total sencillez
¿mar cercano?
(las luces del teatro
están encendidas
y ha dejado de llover
el hombre largo de 50 de pie
acaba de pasar justo ahora
y un coche y el chico desenfadado)
el aire brilla
y es de noche y brilla el aire.
Todo está solo, Todo.
Pero aún hay un cielo al que asomarse ¿o no?
Empieza a juntarse gente en la plaza,
dan vueltas, suena una misteriosa trompeta.
Se confunden palos con escobas.
La chica que podría alimentarse durante 10 años
sigue adelante.
Un guiñol.
Ellos llevan una lápida
hacia el teatro, y en la esquina
desaparecen.
El viento agita al viento.
Los árboles se molestan.
Ellos están muy juntos
y los árboles con sus raíces ¿sabéis?
arreglan sus diferencias a golpe de sable
a golpes de saliva ¿quién sabe?
¿lo sé yo?
Un río de luz dibuja.
No hace tanto frío, te lo dije,
te lo dije, hoy no hace tanto frío.

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