Pablo Volumen, un poema
Este me llamó la atención. Se trata de un poema en el que una de sus buenas bazas es la capacidad de sugerir.
¿Tú también?
Me conmovió la soledad
del abridor amarillo,
de los libros cogidos con pinzas
y las fotos de los abrazados
con los que podría intercambiar
las palabras “¿tú también?”
Empezó a llover justo
cuando terminé,
salí para resguardarme
y salió otro tío.
Le dije: “¿tú también?”
En la puerta del garito
los críos de veinte años
hablaban de sus sueños
y de ellas cuando no estaban.
Les dije lo mismo: “¿vosotros también?”
En la calle paralela
con la espalda en la pared,
uno a dos metros del otro y llorando.
Les dije por separado: “¿tú y tú también?”
Nadie en la Churruca
y un tío con la mano en la pared, vomitando.
Le dije tragando: “¿tú también?”
Una chica alocada en la calle Isabel
me preguntaba
por la calle Ave María,
y le dije: “venga tía, ¿tú también?”
Un inglés perdido
cerca del metro Sevilla
me interpelaba,
quería saber
dónde comprar cigarrillos.
Pero no le dije nada,
no por estar cansado,
sino porque no sabía
cómo decírselo.
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