
Esto lo podría contar en otro poos o pliego, pero no me da la gana. Mi madre me contó ayer que cuando estaba sentada ocupando un banco de un breve parquecillo vinieron tres chavales que rondaban los catorce años. Estos saludaron muy educadamente pero al ver mi madre que uno de ellos estaba fumando le reprendió. "¿Y tú te crees que eres lo suficiente mayor para hacerlo?". A lo que otro, no el que fumaba, le dijo a su colega fumador algo así como: "Enséñale eso que tienes para que se dé cuenta lo mayor que eres". Mi madre reaccionó y les dijo que la estaban molestando. Los tres chicos se fueron. Mi madre termina de contármelo. Se hace el silencio. La miro, nos miramos. Continúa el silencio. Ella, por supuesto, que espera que le diga algo así como "niñatos hijosdeputa" "cerdos malparidos" y toda esa zarandaja pero mi mente ocupa únicamente los disturbios de Londres y de las ciudades adyacentes (y no tanto). Luego pienso sobre los hipócritas de los políticos británicos que se atreven a excretar por sus bocas (como acepción metafóricoprimera de la RAE) aquello de si sus padres no les han enseñado a diferenciar entre el bien y el mal, si no les han hablado de respeto... de... de... No voy a defenderlos. No,ellos se lo han buscado pero creo que les vendría bien (si no son unos hipócritas) un buen observatorio sociológico para que les indicara los posibles peligros que una administración, cualquiera que esta sea, pueden llevar a cabo. ¡Bah!, parezco un jodido loro, analista de tercera. Lo malo es que si he escrito esto quiero decir lo contrario... No, tranquilo, no quieres decir lo contrario, es solo frustración.
(Sigo sin poder volver al Foro)
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