lunes, noviembre 28, 2011

No toda la expo de los rusos, no toda

En el curro les pongo a los colegas a Shostakovich (sinfonías 1905 y 1917 que ahora vuelvo a escuchar más tranquilo).
Hablamos un poco de Stalin, el "padrecito Stalin" que se cargó a más gente que Hitler, claro que él tuvo tiempo hasta 1953.
Leo en la exposición de La Casa Encendida que Stalin abogó por el nacionalismo antes que por la revolución universal. Se murió Lenin y se lió parda. Millones de trabajadores y dos o tres corazones organizando el cotarro. Ya..., no se le vio el plumero cuando se alió con Hitler al principio de la II GM. Dos psicópatas luchando en el mismo bando pero al final uno tenía que destruir al otro. Algunos intelectuales se "suicidaron" como nuestro (¿por qué he escrito "nuestro"?) gran Myakovski, un tipo que tenía "una nube en pantalones" que prefería los museos llenos de balas, que vestía como un AlCapone. Grandes zapatos, abrigo largo, sombrero sobre su enorme cráneo afeitado... aquí aparece su imagen, en este blog, con un comentario de un Anónimo que dice "ese gran grandullón!". En la expo hay varios trabajos de Mayakovsky en teatro, maquetas de madera y un desternillante video futurista de la princesa de Marte que recuerdo era la mujer de Mandelstham. (Otro repudiado por Stalin... un tipo que se enfrenta al gran Stalin en 1934 en un poema. Él, sus manos desnudas, su cabeza, su rabia y toda su inteligencia contra el asesino). Los actores van graciosamente vestidos y tienen cubos de papel en la cabeza. Son docenas de personas corriendo por niveles, por pisos como un enorme de Kandinsky proyectado. A veces no entiendo nada y es por la resaca. Me canso así muy rápidamente. Me agobia, mucha gente pero es divertido. Es todo movimiento, emoción, alegría, una vitalidad desbordante, color, mucha sangre, abundante sangre hirviendo, transformando el mundo aun sin tener ni para comer, ni sobrevivir podían. ENERGÍA. VIDA... ¿aquellos estaban todos vivos? ¿realmente tan vivos? Un grupo de personas que posan en una fotografía te mira sonriente. Directamente a los ojos, a mis ojos, y pienso si ellos ahí están mucho más vivos que yo ahora y aquí... Quisieron transformar el mundo, hacerlo pensando, riendo, disfrutando y trabajando... pero ellos, no sé, me atrevo a pensar, que ellos querían una transformación desde la necesidad de vivir, desde la voluntad del amor que ponía el haber comenzado una transformación donde todos eran y todos habían de ser, o querían o se pensaban iguales... Lo sé, lo dicen, hambrunas, miles, millones de muertos también... Retrato precioso de Ajmatova, de un Pasternak con la mirada fija interrogando, cuadros de Kandinsky, dibujos de un bello siempre Marc Chagall con su violinista, el ángel sobre la casa del pobre...

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