jueves, diciembre 15, 2011

No, no es suficiente.

Allí está el chico más feo de la fiesta.
Allí se encuentra. Con su gorro y su guitarra.
El chico más feo de la tierra escribe sus canciones en papel pautado para que crean que sabe solfeo.
Chico feo de la fiesta eres un crack.
La chica del fondo es la perfecta oscuridad y le pertenece.
No porque lo diga él, ni porque lo diga ella. Porque lo digo yo. Aunque ambos lo saben. Lo saben. Nadie es perfecto. Uno se pertenece al otro, el otro a sí o a nadie o ni siquiera a sí mismo. Quién lo sabe. ¿Lo sabes tú?
El chico de la fiesta con su gorra se acompaña del chico del bombín y del ferroviario.
Es un placer escucharlos. Hacen sus pequeños negocios. Invitan a los colegas a una ronda después de haber cobrado. Ella y él se aman.
Sería suficiente con esto. Pero nada es suficiente. No es suficiente. Ni la música, ni el amor, ni la última partitura que ha dejado que cayera entre sus dedos atrapados por la niebla. Habían salido a fumar... ¿sabes? La niebla le pilló a traición. A la salida de aquel bar.
Queda una muchacha en el centro de la pista. Baila. Sola. Nada es suficiente. Creo que ya lo he dicho.
No. No es suficiente.

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