Así pues, se acabó el festejo.
Comienza a nevar lenta,
maravillosamente, y esto me sugiere
que una vez nevó sobre la blanca
casa. Tenemos que devolver
cuanto nos dio la alegría, pero no
su transformación en imágenes. Nieva sobre basura
y serpentinas, nieva sobre
nieve y luces en nieve que se arremolina
como un vértigo. Suaves días, un poco
de agua: la verdad es que no nos dimos cuenta
de que estábamos de viaje.
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