miércoles, agosto 22, 2012

Nacho Criado y más

En las noticias de televisión he oído varias veces la palabra "frescor".

Al salir de casa me he encontrado con los martillos neumáticos que desde las 10 de la mañana tratan de dibujar una T sobre el arcén hasta las seis de la tarde, con una hora para comer.

Detrás del Palacio de Velázquez un intenso bufido. El aire acondicionado. Dentro, la exposición de Nacho Criado. Ante ti, una obra enorme que te exige imaginación, paciencia y cierta dosis de conversación con uno mismo. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué? La obra se llama in/digestión. Fuerza, brutal, dolor... en la sala de la izquierda no sé por qué razón me da por olfatear. Herrumbre, óxido, varillas de metal, cristales, percibo una sensación de construcción abandonada, sí, olor... sí, el poder de sugerencia de Criado es intenso, original.Y luego sus trabajos de los años 60 con Esther Ferrer, Marchetti, ZAJ, siempre tan sugerentes, tan vivos, juego, sorpresa y frenesí (pero bien temperado y construido, casi estático) en los planteamientos (Ahora visitando páginas leo que falleció en 2010, seguidor de Duchamp, ectétera.) 
 
Me he encontrado tres veces y en lugares diferentes con la misma persona. Me ha hecho gracia.

Me silban y es mi buen amigo Raúl, un magnífico músico que ha trabajado con grandes del flamenco. Tener el suficiente tiempo y la seguridad (y dinero, se entiende) como para hacer algo propio. Se tiene el proyecto, él lo tiene, solo hay que llevarlo a cabo. La eterna disyuntiva. Siempre recordaré aquel pasaje de Cansinos-Assens en el que habla de los triunfadores de principio de siglo XX en la novela española. Pero auténticos triunfadores, best-sellers (por mucho que se empeñen en que en aquellos tiempos no existían), gente que ganaba premios, muy reconocidos, mucha pasta y tal. Nombres y nombres. Sólo uno perdura: Blasco Ibáñez. La fama y la gloria.  

Moyano medio abierto. Por 10 euros, cinco libros. Me he liado, solo quería comprar aquel de Roald Dahl (que por cierto ya lo tenía en casa, ¡y lo había leído!...) pero luego he visto una guía de Burgos, uno de Lenz, un Boris Vian viejo, amarillento, y para terminar algo sobre el Islam. 

La película de La 2 (La hora bruja, de Jaime de Armiñán) ha terminado con un homenaje a los poetas recitados durante la misma y a los poetas en castellano.

La percepción de que este mes de agosto no es como los demás. A "los demás" me refiero a los que ocurrieron desde los dieciséis o diecisiete años. Es otro silencio el de Madrid en las calles. Nada más. ¿O es el mismo? El año para mí siempre termina aquí. Incluso y desde las últimas experiencias, incluso laboralmente. Es extraño, hay algo que.

(La imagen de por AQUÍ)

2 comentarios:

Ángel Muñoz dijo...

no estuvo mal el día, no?

alf ölson dijo...

En absoluto, mi querido Ángel. Fue no querer y encontrar.