sábado, agosto 04, 2012

Revista Jot Down y la prosa de Rafael Sánchez Ferlosio

Hace un par de meses, mi querido amigo Enrique me advirtió de una revista internáutica que no tiene desperdicio y que con nombre tan sonoro como Jot Down Cultural Magazine refiere sobre todo crítica de aquí y de alli, ensayo y pensamiento, y hasta vicio.
Esta vez, se incluye una entrevista a Rafael Sánchez Ferlosio (en la parte de comentarios se advierte de un enlace donde se puede ver a Rafael con Sánchez Dragó (que, por cierto, aún no he podido ver... por supuesto, vuelve a pinchar en lo subrayado para ver esta vez la entrevista Ferlosio & Dragó)). 
No creo que sea Sánchez Ferlosio una persona que no quiera dejarse ver, o que sea asocial, o que sea un thomaspynchon español... Todo lo contrario. Y lo digo por observación, por experiencia propia cuando le conocí hace ya unos años en un bar donde iba a desayunar por las mañanas en el barrio de Prosperidad. Se sentaba a la mesa, con su café, e iba desplegando uno a uno los periódicos que iba extrayendo del carrito de la compra, por otra parte, y esto me llamó la atención, periódicos no sólo nacionales sino internacionales (fue ahí donde pensé, me di cuenta de que si te quieres enterar de lo que ocurre en tu país debes leer la prensa extranjera, y no lo digo de coña). Al rato, llegaba alguien que se sentaba con él y mantenían conversación o silencio, que también es enriquecedor, hasta que al cabo de un par de horas, se levantaba y marchaba. Lo curioso es que tuvo que desayunar un par de veces en el bar para que yo me creyera que era RSF, porque era tal su sencillez y su carisma que más parecía un abuelo tranquilo, una persona que desayuna antes de ir a la compra o hacer cualquier tarea, por lo que se descarta por completo la idea casi constante de que si se trata de un gran escritor es del todo imposible su aparición en una cafetería como aquella en la que nos encontrábamos: barra de aluminio, sillas y mesas que no se cambian desde los años 1960, y etcétera. (De hecho recuerdo ahora que a un amigo mío le pasaba lo mismo con José Hierro y la cafetería que estaba debajo de su casa). Sí, imagino que rehúye el ruido mediático, falsón y chapucero que se crea alrededor del artista o del intelectual o del creador, porque eso quita demasiado tiempo para pensar y hablar con calma con quien se quiere charlar. Pero bueno, me estoy explayando en algo que no tiene importancia pero que me apetecía contarlo a raíz de ese fenómeno de "desaparición" de bartlebys que parece quieren achacarle y que en absoluto representa o en ello se contiene.

(Por cierto las imágenes del artículo muy buenas. la que aparece aquí ha sido extraída de La Prospe)

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