jueves, agosto 16, 2012

Roberto Bolaño, La Universidad Desconocida

Acabo de terminar la obra de Bolaño, La Universidad Desconocida, libro en el que la editorial Anagrama ha recogido sus poemas y sus textos breves e hiperbreves aparecidos en revistas y otras publicaciones variadas, sus espigaciones (que es una palabra que me gusta, sobre todo a partir de la reveladora película de Agnès Varda) literarias y no tan literarias pues aparecen menciones siempre del "lado de la ficción" que obedecen más a la realidad cotidiana del autor.
He elegido y seleccionado diversos poemas y textos que he marcado convenientemente con el típico post-it. Esta vez es de plástico y con una franja lila en la parte superior, no el típico papel amarillo que dio fama y gloria a su inventor.
En un principio vi los textos un poco flojos y pensé en el chasco que podía haberme llevado aventurándome en aquel libro, más propio de aquellos que aman a Bolaño, que lo tienen en un pedestal. Seguí leyendo. No sé si soy uno de ellos pero al tiempo me empezó a enganchar... pues, a medida que iba avanzando mi lectura, más me llamaba la atención su escritura basada mayormente en el análisis de la soledad y del descubrimiento, del juego y la imaginación, de la crudeza y el exilio pero no como patria, que también, sino del propio ser en todo lugar (supongo que la patria y la matria de Bolaño es el cobijo que le ofrece su literatura y la posibilidad de hacer literatura, lo que le distingue -aunque bien es cierto que no como separación de los demás- y lo que le ampara). He disfrutado con su extremada ternura y también con la cercanía con un lector total, es decir, con un lector que decide embarcarse en la experiencia de Bolaño como ser que observa (Bolaño en ocasiones habla de tú a tú, con sus miserias, sus miedos, sus locuras, su tristeza, una manera personal y muy real, de circunstancias, como si sucediera aquello en ese preciso momento) y que narra su pasado y su futuro (por ejemplo, en el personaje real de su hijo en el que cree adivinar la mirada del abuelo -es decir, el padre de Bolaño- algún guiño que le hace pensar en la comunicación de las sangres, la comunicación de abuelos a nietos por medio de la ¿genética? ¿de la memoria natural de los animales?... México, Chile, Cataluña y su cámping Estrella de Mar donde trabaja (recordemos pues que Bolaño había conocido en aquel cámping al soldado que perdonó la vida a Sánchez Mazas durante la guerra), París o cualquier otro lugar que habite con gran discreción el gran Bolaño.
En este libro, se encuentra su manera de mirar, aquí (diré) se desnuda, y se echa el jergón o la sábana a veces de olor agrio, a veces suave o caliente de la vida. Creo que Dios es un perro que mira a Bolaño, (al igual que decía Roger Wolfe, al igual que dice el propio Bolaño entre sus páginas). Tristeza, vómitos, parejas extremadamente juveniles, homosexualidad, sexo como manera de escapar de la salvaje monotonía de los días cuando no hay futuro o cuando el que hay se sabe que no es, ni por asomo, mejor que lo vivido. Manera de cumplir el rito de existir. Poemas muy hermosos, cálidos, llenos de vida, sinceros. A veces con detectives, novela negra, juegos de palabras, con personajes como "el jorobadito". Suspensión de pensamiento, búsqueda no de originalidad sino de "cosntructo" del pensamiento, valentía al afirmar que el lenguaje que se desenvuelve que se debate en la cabeza de cualquiera de nosotros puede ser un inmenso puzle, inabarcable y deshilachado, pero no por ello menos real, todo lo contrario y no por ser fluido de conciencia, que no es esta la técnica empleada, sino porque es lo más significativo, intento de ofrecer peso a instantes, chispazos de realidad y comprensión, que puede ser luz más viva que un foco fijo que una bonita mañana donde la luz es plana y evita profundidad, esquinas, contornos, figuras. Se ve más en una milésima de segundo que en toda una mañana de luz plana o de un sol que no revela tatuajes vitales, etcétera. 
Podría ser un cuaderno de campo de Bolaño, pero se comprueba que no es un cajón de sastre. Los textos tienen ciertamente un mínimo de selección (no creo que haya incluido todos los inéditos porque creo que el número de textos sería inabarcable. Como he dicho, al principio parten de una selección establecida por las publicaciones mínimas independientes o no anteriores, no en forma de libro). En fin, creo que es un buen libro ya sólo por la desnudez y la franqueza con la que trata a los personajes, es decir, incluso a sí mismo sin necesidad de ser el mismo.

(La imagen ha sido extraída del blog estudioenescarlata).

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