martes, noviembre 20, 2012

INSOMNIO o el nuevo Pigmalión




Desde hace un par de meses la casa que está frente a mi ventana se encuentra en venta, o en alquiler, lo cierto es que hay un cartel que el aire ha colocado boca abajo con un número de teléfono y con el nombre de la inmobiliaria impreso en grandes letras rojas.
Hace un par de semanas la luz de la habitación desde donde se muestra el cartel se encuentra encendida. Día y noche. Alumbrando el silencio y el vacío. Por el día no se aprecia porque el sol es su único habitante, se estampa en la fachada y penetra y hace retroceder a la luz artificial hasta que la arrincona en una esquina que no alcanzo a ver desde aquí. Durante la noche, en cambio, la luz natural se marcha a trabajar a otros lugares, creo que muy lejos de aquí. Es entonces cuando la artificial vuelve a su lugar, a aquel recorte luminoso que es la ventana. Sí, se aprecia perfectamente, se transforma en un faro inmóvil, en una linterna fija a una de las paredes.
Seguramente, hace unos días, algún comercial llegó con alguna persona, con algún cliente que quisiera alquilar o comprar el piso y se olvidaron al salir de apagar la luz  de aquella habitación. Ahí sigue, entonces, encendida, bien dispuesta por la noche, mostrando lo que parece un armario con unas telas amontonadas que forman en su perfil dos brazos echados sobre la madera en una de sus repisas. Dos brazos exhaustos, muy cansados, que no pueden apagar la dichosa luz, que no pueden alzarse hasta el interruptor y hacerse desaparecer hasta que vuelva de viaje el verdadero amante.
Durante la madrugada me asomo y me quedo quieto observándola, acompaño su vacío y su silencio como si mi mirada supusiera una resta, con el fin, eso creo, de que sea menos solitaria, no sé si la luz o la habitación o yo, mientras fumo insomne un cigarro tras otro esperando nada. ¿Pero cómo puede llegar a ser solitaria una luz, cómo lo puede ser una habitación?
Lo mismo ocurre con las miles, millones de ventanas desperdigadas a lo largo y ancho de esta ciudad en las que se podría decir que hay una persona trabajando, viendo la televisión, leyendo cualquier cosa o simplemente insomne. Mi interés por esto debe ser producto de una enfermiza melancolía o del manto pesado de la noche o del propio silencio que me parece inabordable o incomprensible como el de la muerte, supongo.
Pero la historia de esta luz que aparece y desaparece no es únicamente el que esté encendida durante todos estos días: la luz ha desplazado su alrededor, es decir, los objetos han sido desplazados por ella a un segundo plano y no porque los ilumine sino porque está, existe, se da… me ha desplazado incluso a mí, pues construyo todo esto después de su aparición y a pesar de sus habitantes anteriores, como aquella mujer que ocupaba aparentemente solo una de las habitaciones hace ya unos años.
Recuerdo que era una mujer mayor, una vieja con el pelo ensortijado, blanco y abundante, de complexión muy delgada. Noche tras noche la vi exactamente en la misma posición: sentada en un largo sillón, erguida, con sus grandes ojos oscuros fijos en la otra parte de la habitación. Se pasaba horas y horas en la misma postura, lo que creaba un curioso efecto estroboscópico con pequeños destellos de colores que jugueteaban con su rostro. Aquella mujer parecía no perder detalle de lo que sucedía en la pantalla; sí, el televisor se reflejaba en su rostro noche tras noche hasta que su cara acabó formando parte del conjunto de destellos del propio televisor, sin duda se transformó en una parte más del decorado de aquella habitación, en un ser inerte, en un objeto, en una escultura, gracias al vaivén diminuto de miles de destellos que se reflejaban en su cara. Pigmalión había conseguido de nuevo su deseo e ignoro a través de qué dios o qué dioses un Pigmalión de la era tecnológica y posindustrial, y por el modo tan absorto en el que miraba la pantalla aquella, su creación, había desistido de seguir viviendo para el resto del mundo y solo lo hacía para su creador. Su creador que la acogió en su seno y le mostró de nuevo el camino de la vida, en cientos de películas enlazadas por fechas que solo a ella le podían proporcionar un significado irrenunciable, miles de días grabados como el más cautivador mapa de la memoria para llevar a cabo uno de los sentidos más perversos de la tecnología. Noche tras noche y año tras año se revivía a sí misma en un ejercicio de retorno continuo con el que se proporcionaba un sentido completo y total. Ese era el único motivo de sus horas, de su quietud y de su enfermiza atención durante aquellas noches en las que me despertaba agitado por un mal sueño o por el insomnio y me asomaba curioso para comprobar cómo seguía ahí, en la misma posición, con la mirada fija en aquellos días que solo parecían revivirse a través de una pantalla de televisión.
No recuerdo cuándo ocurrió, tal vez fue una tarde cualquiera a la vuelta del trabajo o un fin de semana por la mañana al limpiar mi casa o airear la habitación y subir el estor, pero me encontré con la casa completamente vacía. Solo quedaba el enorme sillón del salón que se adivinaba cuando aún la luz no pegaba con fuerza a media mañana. Volví a comprobar el vacío por la noche y así fue. Poco tiempo después la casa fue ocupada por un matrimonio que utilizó la terraza para colgar la colada y acumular los objetos de limpieza y alguna que otra pequeña máquina o los juguetes del niño que tuvieron al cabo de unos meses. La vida normal volvió lentamente a aquella casa durante unos años y el recuerdo de aquella mujer se convirtió en humo.
Dos o tres años después, la casa se volvió a vaciar y apareció aquel cartel boca abajo con grandes letras rojas que indicaban su venta por una inmobiliaria y la luz encendida por la noche iluminando el vacío y deshaciendo las sombras. Y así, hasta ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo llevamos en los memes.Cuando ensayo algun tipo de pensamiento radical noto que se me va la olla. Geometria est archetypus pulchritudinis mundi.Que es un campo? otro refinamiento de un concepto sacado de la vida cotidiana. Que es un pensamiento radical? Aquel que va a la raiz de la cuestion. y cual es la raiz cuadrada de radical? la resiliencia, obtenida hace bien poco. Al recobrar el contenido de un estado de observador objetivo, ideal, un espectro discreto correspondiente a un punto de vista vacilante, se abre paso en suspense nomade. Escribes en efecto con el plexo solar? Jls

alf ölson dijo...

En estos tiempos hay que tener mucha resiliencia.
Y sobre tu pregunta, creo que es una pregunta directa, ya te contestaré cuando nos veamos.
Un fuerte abrazo, Jls.