lunes, diciembre 24, 2012

Mariano José de Larra, Revista satírica El pobrecito hablador



No tratamos de redactar un periódico : 1 ° porque no nos creemos ni con facultad, ni con ciencia para tan vasta empresa; 2.° porque no gustamos de adoptar sujeciones , y mucho menos de imponérnoslas nosotros mismos. Emitir nuestras ideas tales cuales se nos ocurran, ó las de otros, tales cuales las encontremos para divertir al público, en folletos sueltos de poco volúmen y de menos precio, este es nuestro objeto; porque en cuanto á aquello de instruirle, como suelen decir arrogantemente los que escriben de profesión ó por casualidad para el público, ni tenemos la presunción de creer saber mas que él, ni estamos muy seguros de que él lea con ese objeto cuando lee. No siendo nuestra intencion sino divertirle, no seremos escrupulosos en la elección de los medios, siempre que estos no puedan acarrear perjuicio nuestro, ni de tercero, siempre que sean lícitos , honrados y decorosos. A nadie se ofenderá, á lo menos á sabiendas; de nadie bosquejaremos retratos ; si algunas caricaturas por casualidad se pareciesen á alguien, en lugar de corregir nosotros el retrato, aconsejamos al original que se corrija: en su mano estará, pues, que deje de parecérsele. Adoptamos por consiguiente con gusto toda la responsabilidad que conocemos del epíteto satíricos que nos hemos echado encima : solo protestamos que nuestra sátira no será nunca personal, al paso que consideramos la sátira de los vicios , de las ridiculeces y de las cosas, útil, necesaria , y sobre todo muy divertida.
 
Siendo nuestro objeto divertir por cualquier medio , cuando no se le ocurra á nuestra pobre imaginación nada que nos parezca suficiente ó satisfactorio, declaramos francamente que robaremos donde podamos nuestros materiales, publicándolos íntegros ó mutilados, traducidos, arreglados ó refundidos, citando la fuente, ó apropiándonoslos descaradamente, porque como pobres habladores hablamos lo nuestro y lo ageno , seguros de que al público lo que le importa en lo que se le da impreso no es el nombre del escritor, sino la calidad del escrito, y de que vale mas divertir con cosas agenas que fastidiar con las propias. Concurriremos á las obras de otros como los faltos de ropa á los bailes del Carnaval pasado : llevaremos nuestro miserable ingenio, le cambiaremos por el bueno de los demas, y con ribetes distintos lo prohijaremos, como lo hacen muchos sin decirlo; de modo que habrá artículos que sean una capa agena con embozos nuevos. El de hoy será de esta laya. Ademas, ¿quién nos podrá negar que semejantes artículos nos pertenezcan después de que los hayamos robado? Nuestros serán indudablemente por derecho de conquista. Habrálos también sin embargo enteramente nuestros.
Siguiendo este sistema no podemos fijar las materias de que hablaremos; sabemos poco, y aun sabemos menos lo que se nos podrá ocurrir, ó lo que podremos encontrar. Reirnos de las ridiculeces; esta es nuestra divisa: ser leídos ; este es nuestro objeto: decir la verdad ; este nuestro medio.
Aunque nos damos tratamiento de nos, bueno es advertir que no somos mas que uno, es decir , que no somos lo que parecemos; pero no presumimos tampoco ser mas ni menos que nuestros
coescritores de la época.

(Mi particular homenaje al gran Mariano José de Larra, el día aquel de la Nochebuena de 1836. El texto corresponde a la introducción, por decirlo de alguna manera, de la revista satírica de Larra. He intentado respetar la ortografía de 1832, pues lo he extraído de un libro en edición facsímil, no venal, publicado por Espasa-Calpe en 1979. Espero no haber cometido muchas erratas. Una buena reflexión sobre el tan cacareado y súper-moderno tema del plagio, para que luego digan que estos problemas se dan solo con internet y que ahora se plagia mucho más o mucho menos, se llama "prohijar", como dice el bueno de Larra.

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