lunes, febrero 11, 2013

Bares

                                                                        (En el bar L.L.) 

Díganle, sencillamente,
que los únicos lugares habitables
ahora son los bares
con sus rosas de plástico
trenzadas al grifo
de sin-alcohol;
con camareros sudamericanos,
o cómo se apilan los platos y el ruido que soportan
entre ellos al colocarse de forma conveniente.
Díganle, por favor,
que es lo que frecuento cuando salgo de casa fermentado
cuando encallo entre una orilla y otra de mi casa:
el continuo trajín, la llave para el servicio,
la tarde cayendo al otro lado
, cualquier otro día.
Este es el Sin-Lugar
al que sin presencia
acudimos en silencio
(o no)
y al cocinero desde el otro lado
al final de la barra,
le observamos mientras recorre
con sus manos una cabeza de ajos
(el perfil amarillo y brillante de la luz formato digital
muy saturada, como nuestros ojos sin dormir y muy bebidos inunda la barra
de una oscuridad graciosa por su brillo y etcétera).
Díganle, la distribución de las mesas y cómo nunca nos acordamos
de haberlos visitado.
Solo un gesto. Entrar. Pedir.
Adivinar, si eres curioso, el porqué de cierta distribución de las cosas
que surgen ahí deicidas
como si cumplieran un papel pasado,
a sepia de colores.

Ciertas cosas,
Aquí y ahora, por cierto:
el fotógrafo que durante 150 días lleva una cámara
al hombro y se introduce en un garito. Fotografía.
Día tras día.
Las mujer de la mirada bonita.
La chica de la chaqueta verde
oh!
oh!
y además es muy tarde
y además nadie sabe lo que significa
perros y perdices,
y un sinfín de galgos.
Y además sabes lo que significa.
Abreviatura.
Horror. Horror. Horror. Monstruoso horror. Horror.

1 comentario:

Æ dijo...

Te lo voy a tuitear. -)