
Candela intercambia algunas palabras con la farmacéutica mientras entra una madre con su hija que inmediatamente se sube al peso. La niña de ricitos rubios sonríe mientras contempla el cero en el peso.
Candela se gira y contempla a la niña y se fija en el dígito.
- Marca cero... eso es que eres un ángel.
La madre le contesta con cierta sorna, con cierta displicencia:
-No, es que la máquina no funciona si no le echas monedas...
La expresión de Candela al volverse hacia la farmacéutica no puede ser más clara.
(La imaginación funciona sin monedas)
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