En el Canto XIII, primer canto chino y confuciano de
los Cantos, no hay ni chino ni griego que entorpezcan la lectura o que
nos asusten y nos hagan desistir, aterrorizados.
Este canto tiene dos páginas y cuarto. En
escena Confucio y sus amigos o discípulos. Se hace referencia al rey Wu
Wang y probablemente al Chuang Tzu en la imagen que remata el poema.
El Maestro Kung aparece caminando junto a un templo, se introduce en un
bosque de cedros y va a parar a la parte baja de un río. Todo ello
expresado con claridad. Aparecen sus discípulos, hay una especie de
debate, a las preguntas el Maestro Kung responde con claridad y
sabiduría. Al final del diálogo Thseng-sie quiere saber quién ha
respondido mejor. Y Kung dice: “Todos han contestado correctamente,/ Es
decir, cada cual según su naturaleza”. Voilà! De eso se trata, sólo
hay que respirar con tranquila emoción las palabras de Kung, los versos
de Pound, para sentir a fondo el espíritu del poema. Espíritu ético,
por cierto; tonalidad e intención didascálica, por cierto; pero más que
nada, aura poética, pautada, pausada, inscrita verso a verso como
enunciado diáfano, enriquecedor, que nos transporta al reino de una
tradición, de una Edad de Oro basada en el orden (palabra que aparece
diez veces). Un orden que implica el “aura mediocritas” clásico:
“Cualquiera puede excederse,/ Nada más fácil que pasarse de la raya,/ Lo
difícil es permanecer firmes en el medio”.
De "Cómo leer a Ezra Pound", del poeta José Kozer en http://letras.s5.com/epo210113.html
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