martes, diciembre 31, 2013

Claudio Rodríguez

Después de vagabundear la calle y la noche buscando un lugar donde tomar la penúltima, haciendo fotos a mis pasos y a los lugares más desangelados y solitarios con los que me encuentro, después de eso no encuentro nada o casi nada salvo una whiskeria pero sé que el precio de la cerveza será importante y querré solo pensar y tal vez consumirme y acabar sobre una barra de capitoné y sentir el cuero o el eskái y las luces amoratadas en la penumbra o en mi córnea y luego salgo y veo como un perro lleva un collar luminoso y no sé por qué pero empiezo a pensar en Claudio Rodríguez y en aquel día en el que le vi en el colegio mayor leyendo sus poemas con esa voz resbalosa y encendida, clara y henchida de vocales y pensé que estaba borracho como su don de la ebriedad y alguien, no sé quién, me dijo que siempre leía así, le veía al fondo leer, al fondo de aquel salón de actos principal nuestra señora de áfrica y preñar cada palabra y sentir el rítmo la cadencia como si todo aquello estuviera iluminado y fuera ese momento hermoso y único.
He llegado a casa y me he puesto a imitar la voz, la dicción del poeta y luego busqué solo la palabra de Claudio en algún programa, tal vez tuviera la suerte de encontrar un video de Maxi Rey y he comenzado a descartar cosas que solo quiero oír a Claudio ni entrevistas ni presentaciones y he comenzado a descartar entrevistas y cosas variadas, etcétera hasta que he encontrado esto: 

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Claudio Rodríguez" poesía de Aventura, así, con mayeútica, un yo plural N-S, No-Socrático, alcohol, molecula interestelar, raíl celeste, el doble error del carabanchelero de temporada, Pròsper Merimèe, Ängel González tuvo por un tubo, pero Claudio qué tuvo? por un tubo, la glorieta de Bilbao, algún día habrá que salir del café comercial, le ví en espectro, especulaba dentro del espejo a ojo de buen cubero, audiovisualtáctil, sin tentáculos, sin programa, generación del 56, nunca se dejó perilla. jls