miércoles, mayo 28, 2014

Limónov, más

Pues acabo de leer un mensaje al post de Limónov en el que me ofrece, Dominique, la dirección de su blog (AQUÍ) en el que me indica, además, dónde puedo leer sobre Limónov en español (AQUÍ), además de videos, entrevistas, etcétera. Un buen trabajo de investigación sobre este controvertido autor ruso. 
Mi sorpresa es aún mayor cuando descubro que está publicado en español y más aún por una editorial a la que quiero y respeto como es ediciones del oriente y mediterráneo y que tiene un blog dedicado a la figura del autor en cuestión (AQUÍ) (una editorial que conozco por una buena amiga de hace muchos años) y que publicó un par de sus novelas y deshechó (tal vez éste no sea el término adecuado) publicar una tercera novela por la deriva nacionalista del autor. También se pueden consultar (difícil, apenas se pueden leer) unos cuantos recortes de periódicos de 1991 cuando desembarcó Limónov en España. 
En fin, entresaco el texto que se encuentra al final del primer blog referido, por si no atrevéis a leer o a visitar los mismos: "En Historia de un granuja, Limónov narra sus primeros pasos bohemios de poeta underground en Moscú, la emprende con no poco humor, con el establishment, el oficial y el disidente, actitud que mantendrá, tras su exilio en Nueva York, con los Andy Warhol, Allen Ginsberg, Ferlinghetti... lo que dará pie a Carrère, sin entender al personaje creado por Limónov —un escritor joven que pugna por abrirse paso derribando a los ídolos que ocupan la escena—, a afirmar, con el conveniente distanciamiento y tomándose al pie de la letra toda la ironía que Limónov vierte sobre sí mismo: "Esta mezcla de desprecio y envidia no hace muy simpático a mi personaje" [ibíd., p. 119]. 
Pero cuando las artimañas de Carrère se muestran más al desnudo es en su epílogo, en el que compara a Limónov con Putin: "si estuviera en su lugar, no me cabe duda de que diría y haría todo lo que dice y hace Putin". Decir tal cosa de alguien que, bajo el régimen de Putin, ha sufrido graves palizas de advertencia en la via pública, 15 meses en régimen de aislamiento en la cárcel de Lefortovo, bajo la acusación de terrorismo, sin derecho a abogado ni a recibir visitas, antes de ser condenado a 14 años y transferido a un campo de trabajo y rehabilitación, que es detenido sistemáticamente los días 31 de cada mes por encabezar las manifestaciones en favor del derecho de manifestación recogido en el artículo 31 de la Constitución rusa... no parece, precisamente, un ejercicio de objetividad...".

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