lunes, octubre 17, 2016

8 de abril

Una nueva fobia me amanece en abril
y sutil aparece
como un músculo lunar
en mi conciencia.

Luego tomó su asiento
como un obispo.

Nada que objetar.

Tal vez me acompañe el resto
de no sé qué camino
-pues se empeña inquisitiva en preguntarme-.

La evito cuanto puedo
no cuando puedo.
Sigo hablando solo
para comunicarme con ella,
y, por supuesto,
con las demás.

¿Llegará el día en el que deje de escucharme?

Nadie abarca la respuesta.

No hay comentarios: