viernes, marzo 08, 2019

Nuria Herrera con Carlos Salem en el Soul Kitchen, Ávila

A pesar de que Ávila me parece una ciudad bastante muerta, en ocasiones y si vas a tiro hecho te encuentras con sugerentes y brillantes propuestas de personas que viven ahí y que se interesan por los movimientos sociales, manteniendo viva la llama de la poesía, aparte de darle vida a este lugar en el que parece que solo hay funcionarios y del que surgen muy dudosos políticos, amén de otras cosas de las que podría hablar, pero por no seguir haciendo amigos me voy a callar.
Lo cierto es que anduve por ahí con mi buen amigo Toni y nos dirigimos a una abarrotada plaza mayor, donde andaban con el Carnaval. (Luego, a eso de las 10 de la noche no había ni Blas, será por el frío de esas tierras que se habían ido a otro lugarcito más caldeado). La plaza mayor estaba muy cerquita del Soul Kitchen donde se iba a celebrar el evento, espacio enorme, de dos plantas, muy bien acondicionado, tranquilo y currado que podría albergar a un par de sedientas ávilas... así que subimos a la planta superior y allí comprobamos el fantástico equipo que se gastan de audio y lo bien apañaos que están para todo tipo de eventos.
Lástima de Madrid y la persecución intestina que sufre el Foro desde hace muchos años contra las actuaciones en directo en lugares recogiditos y cálidos, pero es así. Hay que saber untar al conce de turno, o conseguir vete tú a saber con qué vericuetos y añagazas jugosas licencias, y además ya sabemos que la derecha siempre ha odiado a la cultura, le produce urticaria, y otros males (espero que ciertos actores de la política avileña no lean esto, no vaya a ser que les pasen el rodillo), porque no hay nada peor que la verdad, bueno, sí, la poesía cuando es verdad, es decir, cuando está encarnada y se da en libertad. Y claro, la derecha desea la cultura que dé dinerito rápido o que no se meta en berenjenales, es decir, que sean letras de amor bonitas o que no tenga letra siquiera.
En fin, que ahí estuvimos disfrutando de un Carlos Salem en su salsa de amores y desamores y también combativa y guerrillera de la vida, también un poco aturullado por el tiempo, leyendo rapidito porque luego se iban a anunciar los actos del 8M, día de la Mujer. Hasta hubo micro abierto, lo cual estoy pensando para mis Torreznos, aunque no parece que vayan a durar mucho más los encuentros en Fernán González, 47. No sé, pero lo del microabierto lo estoy sopensando y sopesando, sin sopesados.
Una vez más, gracias a Nuria por el fantástico evento que hizo en Soul Kitchen y su maravillosa presencia y trabajo.

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